Privacidad y Trato Cercano
Entrando por la verja de este paraíso de caza y relajación, le reciben dos filas de cipreses. La recepción más cálida que puede disfrutar en toda España, la ofrece Doña Soledad Castell a sus invitados, tras años de procurar el disfrute de la cocina, la caza y el descanso en su finca. Entrando por la puerta principal, se asombrará por su salón lleno de antigüedades, entre las que están los muebles del propio Álvarez de Mendizábal. Aperitivo junto a esta chimenea de granito, sobre butacas cómodas con vistas al campo, como todos los espacios de la finca. Aquí podrá fumar en interiores. En mesa de su comedor disfrutará de la cocina manchega al nivel de esta casa con tradición histórica, con recetas para la perdiz, grandes quesos, jamones, la carne de los Montes de Toledo y ovino local. Le sorprenderá hasta la vajilla de la casa, y donde hasta el cenicero es de plata. En estos jardines, gozará de una mesa bajo pérgola, rodeada de campo y se relajará en los espacios chill out con sofás en varios rincones especiales de la finca. Olores a lavanda, al verde entorno de la dehesa y vista a la Sierra San Vicente. El atento servicio le satisfará, por su cercanía. La finca mejor valorada para el ojeo de perdices según cazadores de toda España. Fiesta en pabellón contiguo con barra libre, chimenea y amplio espacio para el baile con la música de su gusto. Hasta 12 aposentos para quedarse a dormir, de estilo rústico con reminiscencias victorianas. A sólo 1 hora de Madrid Capital.