Disfrutar de comida a solo 15 minutos de Sevilla Capital, con productos del cortijo y de montar sus pura raza españoles por la finca. Más de 400 años de historia de España en este cortijo sevillano, y más de 2,700 Ha de su campo, le abren sus puertas para vivir el mundo ecuestre hispalense, montando a la vaquera por las tierras del cortijo, entre sus olivos, prados y bosques autóctonos. Nobles, monarcas, toreros o artistas son los protagonistas de las historias que tienen lugar en esta señorial morada y finca andaluza, con espacios que conservan la autenticidad del cortijo andaluz, y que sientan la base para los que se constituyen, por siglos posteriores. Salones con chimenea, cuadros del siglo XIX, el típico patio andaluz, y fuentes en los jardines. En su castrejón se conserva la fuente y termas romanas al haber sido parte de una población por la que transcurría la calzada romana hacia Emérita Augusta. En el siglo XV, ya reconquistada la zona, Juan II de Catilla, padre de Isabel La Católica, concede su jurisdicción a Don Fernando Medina, cuyos herederos la venden estas fincas a la orden de los Jerónimos en el siglo XVII. La capilla y el patio son los del convento de aquel entonces. La experiencia en cortijo andaluz más especial de todas. Montar a caballo y comer en cortijo sevillano.

Ensillan su caballo mientras disfruta de aperitivo junto a la chimenea o al aire libre, en patio de cortijo o en sus jardines. Si prefiere, entre a sus caballerizas centenarias para ensillarlo por sí mismo, por la experiencia hípica completa. Cabalgue entre la ganadería de bovino y equinos de la finca y entre sus prados andaluces y olivos sevillanos. Para los primerizos, un grato paseo a caballo, y para quienes ya fueran jinetes, una galopada por senderos de vastas hectáreas, al galope tras los ciervos. Por si hubiera dudas, ya saben, las riendas siempre con las dos manos, sólo introducimos hasta la tercera parte de nuestros pies en los estribos por seguridad, espalda recta, miramos hacia adelante y nunca usamos la fusta, solo a veces, tan sólo se enseña esta, porque el caballo es de los animales más nobles, y todos los animales son merecedores del mismo respeto que el propio humano.

Una vez desmonte le sirven manjares andaluces en su mesa. Comerá platos y productos hechos de lo que llevan dando las tierras del cortijo durante siglos. Aliñados con el aceite de oliva de los olivares de la finca, recetas con verduras y ensaladas de la verdura de su huerto. Una carne de la ganadería extensiva de este paraíso del vacuno. Rabo de toro, del encaste taurino de este hogar del toro bravo. Arroces melosos con los langostinos de Sanlúcar de Barrameda y con frutos de la mar, tan cercana a Sevilla. Huevos y pollos del corral de cortijo para la mejor tortilla de patata o corderos de la finca asados ante su mesa en el jardín, a la manera de antaño, asado de cerdo ibérico, carnes de retinto y postres caseros. Tomará una taza de café con leche junto al fuego de la chimenea o en su patio de flores, preparada con leche de la vaquería de la casa. Carnes de la caza, como jabalí o perdices, fruto del ecosistema que brindan las 2,700 hectáreas de finca y bosque autóctono. Leche fresca de vaca de la finca para su taza de café o para el cacao.

Le espera una mesa en estos salones del pasado, con siglos de historia. Numerosas piezas de la antigüedad que suscitan charlas sobre la historia y la autenticidad de esta casa. Comer o cenar junto a la chimenea, junto a cuadros del siglo XIX, y sobre mobiliario tesoro que dejan los antepasados. Salones cuyos ventanales de gran tamaño, dejando pasar una luz solar que ilumina los coloridos del decorado señorial del cortijo. Una colección de cuadros del siglo XIX adorna los salones donde tendrá la mejor experiencia en Sevilla. Está en privado, puede fumar junto al fuego de la chimenea con su copa o café, y si prefiere, tiene salida al patio andaluz de este cortijo sevillano singular. La experiencia exclusiva en Sevilla. Colorido andaluz sencillo, maderas nobles y reliquias de anticuario únicas, remanentes del pasado, como el valioso mobiliario en que se sentará, o los carruajes que guardan sus caballerizas, llenas de pura raza españoles.

Disfrutará de su comida al aire libre, o de la sobremesa, en la variedad de espacios que tiene el cortijo. Su patio de encanto es lugar perfecto para comer al sol, entre plantas, y con el sonido del agua de su antigua fuente de piedra, y el de los pájaros. Rodean el cortijo una amplia extensión de jardines y campos, con los caballos y bravos pastando, a la vista allá donde se mire. Disfrute de este hogar de los pura raza españoles y del encaste taurino con más bravura. Los sofacitos del chill out del jardín son ideales para la relajación tras la galopada por el campo

La bodega de cortijo guarda ejemplares de las botellas de amplitud de denominaciones de origen, en especial los vinos finos andaluces, de palo cortao y más, o D.O. Rioja, y por supuesto, champán y la típica manzanilla que no falte. Relájese junto a la piscina con una copa del vino rico de bodegas del cortijo. El solecito andaluz llama a un fresco chapuzón en el agua.

Los romanos se refirieron a la ciudad como Hispalis y a poca distancia de la urbe, encontramos la ciudad romana de Ítaca. La presencia de los musulmanes también dejó una huella relevante en la cultura de la ciudad, y tras la llegada de los Reyes Católicos, pasa a ser un foco de la religiosidad y tradición católicas, por antonomasia. Es hogar natal de figuras como Velázquez, el genio de Murillo o Antonio Machado, o el héroes nacional del 1808, Daoíz. La Giralda de Sevilla es uno de los lugares de culto cristiano con mayor belleza de arquitectura en el mundo. Construida donde la mezquita mayor de la ciudad, su torre se asemeja a un minarete del estilo del Magreb. Su altar de oro macizo podría ser el de mayor peso del mundo y enterrado en ella, está el propio Cristóbal Colón. La ciudad es uno de los templos del flamenco español, hogar de Los del Río, o Juanita Reina. Su Guadalquivir, del árabe Río Grande, es el único navegable de España y tras la llegada a América, por su cauce llegan las nuevas y los tesoros de este continente y se dice que se almacenaba el oro en La Torre del Oro, torre que caracteriza a la ciudad. El entorno rural sevillano es lugar ingrediente básico de la identidad española en general, y andaluza en especial. Aquí se forja buena parte de siglos de cultura de la tauromaquia. Sus cortijos, son la esencia del encanto puro español, como el de esta experiencia donde va a montar a caballo y comer en sus salones. Descubra otras experiencias ecuestres que puede hacer con Always Select, en España, Francia y Portugal.

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