Disfrutando de la comida o cena en palacete del siglo XIX, construido por el padre de José Ortega y Gasset, y más tarde Casa del propio "Manolete". A la carta en salones íntimos o en patio de encanto. En 1890, el padre del célebre filósofo español Ortega y Gasset, se construye este palacte en este rincón lleno de historia en Córdoba. Más tarde, es comprada por Manolete, el torero más famoso de todos los tiempos. Pero antes fue del Alcalde Rafael Cruz Conde, quien recibe en visita a esta casa, al propio Rey Alfonso XIII. El torero la habita hasta la notoria y trágica corrida de Linares, en que el torero empuñase su última espada.

Diseño sublime y manteles de lino en la mesa que siempre le espera aquí. El Despacho del Alcalde es de los salones más acogedores de Córdoba, con mesa para hasta 10 invitados y grandes ventanales, fuente de mucha luz solar andaluza y el espejo isabelino, pieza única. En el Salón Principal disfrutará de mesa en espacio finamente decorado, con muebles y lámparas de diseño actualizado y suelos de mármoles blancos como así las suites, con retratos como el de Manolete. Esta es la experiencia especial en Córdoba que desea tener.

Su comida o cena a la carta con platos de este gran artista de la comida, definidos y elaborados a diario en función de lo que en cada temporada, produce el campo cordobés. Comience con quesos artesanos con el aceite de oliva virgen extra cordobés, con Jamón ibérico de bellota del Valle de los Pedroches (Navalpedroche), ostra francesa al natural o finas croquetas de jamón ibérico y leche fresca de oveja servidas con tomate Concassé. Para seguir, Lomo alto madurado de VACA VIEJA "Raza Berrenda en Colorao", lomo de venao, castañas glaseadas y salsa cazadora o arroz de conejo de tiro al horno. Cada plato que sale de cocina es un acierto. Más fresca imposible, una comida hecha con el cariño andaluz, la experiencia y la pasión de años.

Manjares andaluces en su mesa, en patio cordobés único. Aquí comerá en patio andaluz con el tono blanco predominante en estos, florido, plantas, columnas y suelo empedrado, y en donde tantos ratos disfrutan los célebres propietarios sucesivos y sus invitados.

Blancos como Pedro Ximénez Viña Verde, Verdejo de Finca La Cañada o un Dula DO Montilla-Moriles. Y del vino fino de Córdoba, el Fino Capataz 12 Años o Fino Terrevuelos solera 15 años. De Palo Cortado, un Pérez Barquero de 25 años. Otros de Andalucía como Manzanilla Pasada La Pastora. De los Rosados, un Forlong Cabernet Savignon. Para espumoso Lume Brut Zalema. Y los tintos, Taberner Bodegas Huertas de Albalá o Tadeo Petit Verdot, y muchísimos más. Acompañará su comida si desea, una quiralidad y armonía de vinos andaluces, de la bodega de este palacete del siglo XIX. El Sommelier experimentado le propone los mejores sabores que maridan con su plato o disfrutelos con cigarrillo en el patio. Unas vieiras para comenzar la experiencia en el palacete de Manolete en Córdoba.

Córdoba y su encanto son únicos. Sus patios andaluces, su Mezquita que destaca incluso por encima de muchas del mundo musulmán, el Puente Romano sobre el Guadalquivir con la Torre de Calahorra, el Alcázar de Los Reyes Católicos y un sinfín de vestigios que descubrir como el Templo Romano y numerosas casas palaciegas e iglesias. Se podrían cubrir las etapas históricas de la ciudad hablando de su mezquita y del entorno de esta. La puerta romana delante de la misma y el puente romano. Bajo la actual mezquita-catedral, se encuentran restos visigodos. Más tarde se erige la mezquita, la cual pasa por ampliaciones posteriores. La introducción de tanta palmera en Córdoba y Al-Andalus se debe a Abdelrahmán I, el príncipe Omeya perseguido, que se refugia en Al-Andalus. Apenas hay ejemplos de arte islámico en Occidente como esta mezquita. Fascinan al mundo entero los patios cordobeses, floridos y con sus casas sencillas. Su trazado medieval del callejero es asombro de muchos, con calles serpenteantes con casas señoriales, donde en los siglos de entre el XVI y el XIX, rondaban bandoleros y se escondías en las bodegas de las casas. Su salmorejo es exquisito, sus vinos finos son un hito, su aceite de oliva de olivares hasta más allá del horizonte, su cría caballar y tradición taurina son factores que sitúan a Córdoba en lo alto para siempre, junto con lo que más la da valor, el buen carácter de sus gentes. Su buen tiempo es más que digno de mención, como la elegancia del cordobés y la cordobesa y los famosos sombreros de Córdoba.

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